Por los que no están con nosotros.
Por los que faltan y dejaron su ausencia escrita en recuerdos. Por aquellos que dejaron de ver nuestros ojos y nosotros los suyos.
Por aquellos que el corazón les falló y dejaron de escribir notas en la partitura de nuestra vida.
Por los que prometieron ser felices y murieron luchando por conseguirlo; por aquellos que no llegaron a serlo.
Por los que murieron con una sonrisa en la cara tras años y miles de recuerdos vividos.
Acordémonos verdaderamente de ellos, los Santos de nuestras vidas, porque como dijo John Dryden "Estamos condenados a muerte, aunque no destinados a morir".
Feliz día de Todos Los Santos