Un amplio ensayo multicéntrico, impulsado por el Hospital Universitario 12 de Octubre, en Madrid, validará el sistema denominado BlaDimiR para detectar precozmente el cáncer de vejiga en muestras de orina. Esta herramienta, además, ayuda en el pronóstico, al identificar el grado de la respuesta al tratamiento del tumor.
El ensayo clínico está liderado por la Unidad Mixta formada por el Instituto de Investigación del Hospital 12 de Octubre i+12 y el CIEMAT, y ha recibido una ayuda en la convocatoria Proyecto Innova 2023 de la Asociación Española contra el Cáncer.
La nueva herramienta se probará en muestras de orina de 1.500 pacientes de hospitales de diferentes comunidades autónomas.
BlaDimiR es un proyecto de la Unidad Mixta liderado por Marta Dueñas Porto y Cristian Suárez y que además cuenta con el apoyo económico de la Fundación La Caixa. Este equipo de profesionales lleva trabajando en la búsqueda de los biomarcadores desde el año 2016.
“En el cáncer de vejiga, como en todos los tumores, hay alteraciones en los niveles de expresión de muchos genes. Este sistema se basa en la detección, mediante PCR cuantitativa, de los niveles de dos microARNs que modifican su expresión en este tipo de tumores, estando involucrados en procesos de proliferación, migración e invasión”, explican los científicos a DM.
De esta forma, BlaDimiR evitaría la repetición de pruebas y tratamientos invasivos y dolorosos que tras su administración no reportan en muchos casos ningún beneficio al paciente.
Hay que recordar que el cáncer de vejiga tiene una alta recurrencia, de hasta un 70% en un período de entre 1 y 5 años después de la cirugía y el tratamiento. Por eso, aún al superar la enfermedad, los pacientes deben comprobar tres o cuatro veces al año que no ha reaparecido el tumor mediante una citoscopia, prueba invasiva y dolorosa que incide en la calidad de vida del paciente.
“En la validación previa, BlaDimiR mostró los mismos niveles de precisión, sensibilidad y especificidad tanto en el cribado de personas de riesgo que no habían tenido cáncer previamente como en pacientes con antecedentes de cáncer de vejiga que mostraban recidivas. El ensayo actual se ha diseñado para estudiar y validar estos resultados como sistema de diagnóstico inicial o de seguimiento en una cohorte mucho más grande y de manera multicéntrica”, exponen.
Además de permitir una detección precoz del cáncer con una prueba barata, sencilla e indolora, a partir de muestras de orina, este sistema es capaz de predecir la respuesta a la inmunoterapia; este tratamiento consiste en la administración de una vacuna dentro de la vejiga, procedimiento que genera un proceso inflamatorio agudo y doloroso, y que debe repetirse durante meses e incluso años.
Conocer a priori la respuesta a esos tratamientos evitaría un proceso cruento en aproximadamente la mitad de los pacientes que la reciben, pues en ese 50% se cifra aquellos que no van a tener ningún beneficio de la terapia.
El objetivo final es, según destacan Dueñas y Suárez, que “nuestro sistema pueda ser capaz de sustituir las cistoscopias en el contexto del cáncer de vejiga”. No obstante, en el panorama médico actual, “conseguir reducir las cistoscopias al 50% ya supondría una mejora significativa de la calidad de vida de los pacientes y un ahorro importante a los sistemas nacionales de salud”.
Disponer de esta valiosa información pronóstica, permitiría además plantear otras opciones a los pacientes que no responden a la vacuna terapéutica. “Actualmente, las principales alternativas son tratamientos basados en quimioterapia aplicada de forma local en la vejiga o, según las características del tumor y del paciente, anticipar la cirugía llevando a cabo una cistectomía parcial”, apuntan estos investigadores del 12 de Octubre.
Si el ensayo clínico, que se acaba de iniciar, se completa satisfactoriamente según lo previsto, es de esperar que la herramienta se encuentre disponible para su incorporación al Sistema Nacional de Salud dentro de dos o tres años.