En el invierno de 1996, un grupo de mujeres y hombres de diversa nacionalidad, cultura y creencias se reúnen en un antiguo campo de concentración nazi con un objetivo sin precedentes: un fin de semana de retiro durante el que se proponen rezar y meditar, mientras duermen y comen en las instalaciones donde los oficiales nazis asesinaron a millones de judíos.
Podría parecer que con Los ángeles feroces José Ovejero se adentra en un territorio literario diferente del que ha recorrido hasta ahora. Sin embargo, continúa una trayectoria muy definida: la búsqueda de una literatura que permita hablar sobre la realidad manteniendo la libertad narrativa, hacer de la invención una herramienta para contar lo que existe.